Pero las cosas realmente
importantes son las buenas, las que te hacen sonreír cuando las recuerdas. Y es
que de estas ha habido un montón, demasiadas, diría yo. Porque el tiempo pasa
muy rápido cuando te lo pasas bien y eres feliz. Porque ha habido cientos de
tardes y noches que se me han pasado volando por tu culpa, por tus tonterías
que me hacen reír.
Gracias. Y digo gracias
porque no puedo decir otra cosa. Gracias por estos meses tan asdfghjkl. Gracias
por haber estado siempre ahí desde que nos conocimos. Gracias por ser como mi
mejor amigo. Gracias por ayudarme a levantarme cada vez que me caigo, por
hacerme sonreír después de tropezar y rozar el suelo. ‘Gracias, por ser así,
como tú eres’. Pero sobretodo, lo más importante de todo, gracias por sonreír,
por no rendirte, por perseguir tus sueños.
Y después de darte las
gracias casi diez veces, después de haber escrito todas estas cosas tan
asquerosamente cursis, te voy a pedir una cosa: no cambies. Por favor, no lo
hagas nunca. Pero nunca, nunca. Porque como lo hagas, te prometo que te mandaré
a tomar Orangina y…. nah, que va, si lo haces te lo diré, te daré una hostia, y
me iré contigo a Francia a por la Orangina para beberla juntos. Porque yo no
quiero cambiar, y espero que tú tampoco lo hagas.
Lo último que (te quiero)
decir es qu¡MIRA! ¡UN LAND ROVER!
No hay comentarios:
Publicar un comentario